¡Oh! luminiscentes Salamandras vivos espíritus del fuego cuya presencia incandescente quema todo lo que encuentra a su alrededor y lo devuelve transmutado y purificado. Ígneas Salamandras, penetrar en mi vida y por medio de su fuego trasmutar lo malo en bueno, quemar lo negativo y transmutarlo en positivo, hacer que renazca la luz en la oscuridad. Quemar mis sentimientos tóxicos y que renazcan en amor puro, quemar la negatividad de mi hogar y que renazca en luz pura y cristalina, quemar mi mala fortuna y que renazca en prosperidad y abundancia, quemar mi mala suerte y que renazca en buenos azares, quemar la enfermedad y que renazca en salud y vitalidad. Buenos espíritus del fuego vivo, acudir a mi, penetrar en mi vida, y que sea su estela de purificación la que dé nueva luminosidad y calor a todas las carencias de mi vida. ¡Liberenme de hechizos! ¡Liberenme de envidias y malos ojos! ¡Liberenme de daños corruptos! Que sea el fuego purificador el que destruya y purifique, y que sea yo, quien como el ave Fénix, renazca de mis propias cenizas, purificado y saludable, vital y energético, fuerte y poderoso. Espíritus del fuego, ígneos, ardientes y purificadores: ¡Venir a mi, aquí y ahora!